lunes, 13 de abril de 2009

Diario LA PRENSA- 13/04/2009

Bolívar Márquez
opinion@prensa.com
En su reciente visita a Panamá el presidente de la hermana República de Colombia, don Álvaro Uribe, volvió a tocar el tema de la apertura del tapón de Darién, esgrimiendo sólidos argumentos por los cuales la conexión entre ambos países por la frontera de Darién traería resultados positivos para ambos. Sobre el particular, he estado escuchando una serie de dudas sobre los posibles beneficios de la apertura del Darién, que hacen que este proyecto no goce en Panamá del consenso nacional que una obra de esta envergadura requeriría.
El hecho de que en territorio Colombiano aún se libre un conflicto entre fuerzas irregulares y el Gobierno nacional, convierte la frontera Panamá-Colombia en un área inestable, lo que evitaría que el flujo comercial y tránsito vehicular normal se realizara entre los dos países. A los panameños les preocupa sobremanera, que el facilitar el acceso en el área fronteriza entre las dos naciones, permitiría a estas fuerzas irregulares entrar al país con mayor facilidad y utilizar estas áreas de manera más activa de lo que lo hacen hoy.
Hemos visto que el gobierno del presidente Uribe goza de una gran popularidad y respaldo en su país, debido a que con manos firmes ha rescatado a Colombia de la inestabilidad general que adolecía y ha impulsado el crecimiento de la economía; esto lo ha hecho fortaleciendo al ejército y librando una exitosa batalla campal aun fuera de sus fronteras, como fue el caso reciente de la incursión de tropas colombianas en territorio ecuatoriano. De abrirse el tapón de Darién en las actuales circunstancias y de incrementarse la actividad guerrillera en el área, no es difícil suponer que en algún momento el Gobierno colombiano se vería obligado a perseguir insurgentes de forma agresiva aun dentro del territorio panameño; sé que esto es una suposición, pero igual que ha ocurrido con Ecuador, Colombia podría actuar en otros países del área si ve su seguridad amenazada.
Esto produciría inestabilidad en nuestro país, afectaría duramente nuestra realidad económica y deterioraría nuestras relaciones con Colombia, que hoy son excelentes.
El tapón de Darién ha permitido a Panamá mantenerse al margen de los conflictos que históricamente han afectado a Colombia; es cierto, que su apertura crearía un nuevo canal, en ese caso uno terrestre, entre nuestro país y Suramérica, creando riqueza para todos; pero esto solo se puede dar cuando Colombia haya alcanzado su paz interna.
A Colombia le interesa una Panamá estable, segura y que permita al comercio mundial seguir creciendo a través de la expansión del Canal; por lo tanto, aunque sea un proyecto que de seguro se realizará en el futuro, su tiempo aún no ha llegado.

http://biblioteca.prensa.com/contenido/2009/04/13/13-13a-notalun2.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario